domingo, 31 de octubre de 2010

Explotación, exportación y comercialización del agua XIV

El Comercio Mundial del Agua

¿Canadá y Alaska: La OPEC del Agua?

Tras unos años de silencio la llamada a la exportación del agua por superpetroleros ha salido de su letargo y vuelve a ser foco de debate en Canadá. En Columbia Británica, algunas empresas de exportación tales como la
Western Canada Water, Snow Cap Water, White Bear Water y Multinational Resources ya lo tenían todo listo para el negocio cuando el gobierno prohibió la exportación del agua a granel en 1993. Unos de los proyectos iba a contar con la participación de una compañía texana que estaba dispuesta a adquirir una flota de doce a dieciseis de los mayores superpetroleros del mundo (500 mil toneladas de tara) que iban a funcionar sin interrupción. En virtud de dicho contrato, el volumen anual de agua que iba a ser trasladada a California hubiera sido equivalente a la del consumo anual total de la ciudad de Vancouver.

El gobierno que tomó la decisión de prohibir la exportación de agua a granel se había comprometido a adoptar esta postura, aunque la opinión pública no estaba muy a favor suyo por motivos que nada tienen que ver con esta ley. Un futuro gobierno en dicha provincia pudiera facilmente dar marcha atrás y cambiar esta política, abriendo así las compuertas para desatar una inundación de propuestas de exportación. El experto hidrográfico canadiense Richard Bocking explica que las mismas compañías se dedicarían al transporte del petróleo y del agua, en ciertos casos, vacíando el petróleo en un tramo del recorrido, y llevando agua en el tramo de regreso.

"Las exportaciones de agua de la costa de Columbia Británica necesitarían de enormes superpetroleros en funcionamiento a lo largo del año y con un programa muy apretado. Se abrirían camino a través de las sinuosas vías marítimas del litoral, maniobrando alrededor de las islas y arrecifes en una región donde aún no se ha desarrollado un buen sistema de control del tráfico marítimo. Tendrán que hacer frente a corrientes y mareas fuertes y a menudo turbulentas en pequeñas calas costeras donde los vientos invernales suelen alcanzar tremendas velocidades.

"Estos enormes petroleros viajarían por unas aguas que figuran entre las más codiciadas del mundo por sus posibilidades recreativas, la navegación y la pesca. Las bandas de orcas se desplazan regularmente en estas aguas. Aparte de sus increíbles posibilidades de pesca comercial y deportiva, esta región es donde se produce el desove de prácticamente toda la industria de la ostra del litoral de la provincia. Las enormes cisternas de los superpetroleros van cargadas de fuel-oil, que es la peor categoría de petróleo ecológicamente hablando. Considerando los apretados programas de los buques que además deben lidiar con las corrientes, los vientos y los arrecifes se puede decir que se dispone de todos los ingredientes para asistir a tragedias de gran escala."

En los últimos años, otras dos provincias canadienses han recibido solicitudes por parte de empresas para permitir la exportación del agua a granel con fines lucrativos. En la primavera de 1998, el Ministerio de Medio Ambiente de Ontario, aprobó un plan sometido por el
Nova Group que pretendía exportar millones de litros de agua del Lago Superior por petroleros hasta el Asia. No obstante, la provincia terminó por rescindir la licencia ante una masiva protesta de la International Joint Commission, de la entonces Secretaria de Estado de los EE.UU., Madeleine Albright, y del público. La otra solicitud, que pretendía exportar 52.000 millones de litros de las aguas pristinas al año del Lago Gisborne, perdido en la naturaleza salvaje de Terranova, parecía estar a punto de obtener luz verde cuando un público furioso obligó al gobierno a retraerse a finales de 1999, apenas unos meses antes de la fecha en que debían empezar las exportaciones. La empresa, McCurdy Group de Terranova tenía intención de hacer llegar el agua a Oriente Medio por superpetroleros.

Las crónicas y artículos de los periódicos y revistas especializadas están dando mayor intensidad al debate. En febrero de 1999, el National Post calificaba el agua del Canadá de "oro azul" y exigió que el gobierno "cerrara el grifo." El comentarista de su sección de negocios, Terence Corcoran, añadió leña al fuego: " Canadá es una futura OPEC del agua. Propongo una apuesta a largo plazo que bién vale la pena: de aquí al 2010, Canadá estará exportando enormes cantidades de agua dulce a los EE.UU. y recurriendo a los petroleros para abastecer a los países sedientos del mundo entero.

"La cuestión no residirá en saber si hay que exportar o no, sino en la cantidad de dinero que el gobierno federal y las provincias estarán en disposición de obtener de los envíos masivos de agua. En lugar de oponerse a la idea de la exportación del agua, Canadá terminará haciendo cambalaches para encabezar el WWET, Tratado Mundial sobre la Exportación del Agua, que veinticinco países con sobradas reservas de agua firmarán en el 2006. Siguiendo el modelo de la OPEC, intentarán crear un cartel del abastecimiento mundial del agua para disparar su precio." Este punto de vista lo reitera el Consejo de Redacción del Calgary Herald afirmando que "ya que Canadá dispone de tantísima agua dulce, que empiecen las exportaciones comeciales."

No obstante, Canadá no es la única región rica en agua codiciada por las multinacionales. Una compañía canadiense, la
Global Water Corporation, ha firmado un acuerdo con Sitka, Alaska, para la exportación anual de 58 mil millones de litros de agua de los glaciares a China donde será embotellada en una de las áreas de libre comercio más notorias del país por el ahorro de mano de obra. Aún cuando el folleto de la compañía reconoce la existencia de una grave crisis del agua en China, anima a los inversionistas a "cosechar todo lo que puedan lo antes posible de esta magnífica oportunidad ya que las fuentes de agua que se conocían en el mundo se están empobreciendo y deteriorando cada vez más" y deplora el hecho que el gobierno de Columbia Británica haya prohibido la exportación de agua a granel.

La compañía se está dedicando ahora a establecer una "alianza para planificar una estrategia internacional para el transporte del agua en grandes petroleros a escala mundial" con
Signet, una compañía internacional de transporte marítimo con sede en Houston, Téxas. Signet se ha estado dedicando al transporte masivo del agua desde 1986 cuando la Western Canada Water y su predecesor contrataron los servicios de dicha compañía para el "diseño, desarrollo, análisis e implantación de un sistema internacional para el transporte del agua." Como lo explica Global, "el agua ha pasado de ser un producto inagotable que se daba por sentado para convertirse en una necesidad racionada que puede ser tomada por la fuerza."

Pero la Global es tan solo una del extensísimo elenco de compañías que se interesan por el agua de Alaska, cuyo gobierno se ha convertido en el primero del mundo en permitir la exportación de agua a granel. La revista Alaska Business Monthly dice sin rodeos: " todo el mundo está de acuerdo con que el agua de Alaska tiene grandes posibilidades de exportación en el siglo XXI, y las diversas localidades, desde la isla de Annette hasta las Aleutianas están pensando en cerrar el grifo. "La revista informa que una empresa de Washington ha empezado a transportar el agua municipal a granel desde Alaska a Kent, Washington, para ser embotellada, y que muchos otros proyectos están en marcha.

Los recursos hídricos de Alaska son inmensos, informa la revista partidaria de la exportación Alaska Business Monthly. Hace constar, por ejemplo, que si Sitka llenara un petrolero con unos tres millones de litros al día, esto seguiría representando menos del diez por ciento de su consumo actual. En Eklutna, Brian Crewdson, director adjunto de la administración de las aguas de Anchorage, o Anchorage Water and Wastewater Utility, calcula que las posibilidades de exportación alcanzan hasta 90 millones de litros al día.

Informe:EL ORO AZUL. La crisis mundial del agua y la reificación de los recursos hídricos del planeta
Autora: Maude BarlowPresidenta nacional del Council of Canadians (Consejo de los Canadienses)Presidenta del Comité sobre mundialización del agua del IFG

jueves, 28 de octubre de 2010

Explotación, exportación y comercialización del agua XIII

El Comercio Mundial del Agua


Canalizaciones


Los bucaneros del agua ya tienen la vista puesta también en la exportación del agua a granel mediante mecanismos de desvío, por gaseoductos y oleoductos, y mediante enormes petroleros. Ya se ha procedido a la reconversión de barcos petroleros para distribuir el agua en determinadas regiones que están dispuestas a pagar el precio que sea por el agua que tan urgentemente necesitan. Los petroleros más pequeños llevan cargas de agua dulce a las islas en Las Bahamas, mientras que los de mayor tamaño van camino de Japón, Taiwan y Corea.
Turquía se dispone a vender su agua y trasladarla en petroleros y mediante oleoductos reconvertidos desde el río Manavgat hasta Chipre, Malta, Libia, Israel, Grecia y Egipto.
En el verano del 2000, Israel entabló negociaciones para la compra de unos 52.000 millones de litros de agua al año de Turquía; los barcos cisterna ya están anclados a proximidad de enormes estaciones flotantes amarillas a dos millas de la costa, aguardando la orden de zarpar. La compañía de las aguas turcas afirma que dispone de bombas y de oleoductos suficientes para exportar de cuatro a ocho veces dicho volumen.

Para solucionar los problemas de sequía en los países europeos del Sur, la Comisión Europea se está planteando la posibilidad de obtener agua de los países bien surtidos tales como Austria.
Si sus planes para establecer una red hidrográfica europea se hacen realidad, el agua de los Alpes podría fluir hacia España o Grecia, en lugar de a los embalses de Viena en apenas diez años. "Esto quiere decir que, en teoría, podríamos abastecer a todo el mundo en la Unión Europea, es decir a 370 millones de personas," hace constar Herbert Schroefelbauer, vicepresidente de Verbund, el mayor servicio de suministros hidroeléctricos del país. Un conducto de alta tecnología ya se dedica al transporte de agua de montaña de gran calidad desde los Alpes austriacos hasta Viena, y la propuesta de extender este sistema a otros países está generando muchísima inquietud entre los ecologistas austriacos, que advierten de los daños que estas exportaciones masivas podrían causar al ya vulnerable ecosistema alpino.

Gerard Mestrallet de la Suez Lyonnaise está proyectando un nuevo Canal de Suez - esta vez en Europa. Ha anunciado su intención de construir un enorme acueducto de 160 millas de longitud para transportar el agua del río Ródano a través de Francia hasta la capital de Cataluña, Barcelona.

Para tratar de solucionar la crisis del agua que se va acentuando en Inglaterra, algunos dirigentes políticos y empresariales están pidiendo exportaciones de agua a gran escala desde Escocia, por medio de petroleros o conductos. Ya hay varias empresas inglesas que están examinando la posibilidad de exportar el agua y un empresario escocés declaró al díario The Scotsman que las empresas escocesas también estaban interesadas. Pero el proyecto se complica por el hecho de las distintas inclinaciones políticas, ya que las canalizaciones escocesas siguen siendo propiedad pública, mientras que el agua inglesa es administrada por empresas privadas. Paradójicamente, algunas de estas empresas no han manifestado mayor interés por las exportaciones ya que la escasez del agua en Inglaterra ha mantenido los precios y benefecios a la alza.

El profesor George Flemming de la Universidad Strathclyde afirma que sería relativamente sencillo prolongar los conductos y las vías marítimas naturales que ya existen entre el norte de Escocia y Edimburgo, hasta alcanzar Londres y otros lugares de Inglaterra. Pero el público escocés no está tan facilmente dispuesto a renunciar a su soberanía sobre el agua; cuando la administración escocesa de las aguas, la West of Scotland Water, presentó públicamente un plan para vender el excedente de agua a España, Marruecos y Oriente Medio, la reacción pública fue tal que se vió obligada a desistir. No obstante, muchos piensan que estos miedos terminarán por disiparse; Flemming afirma que Inglaterra y el País de Gales están quedándose sin agua por el calentamiento del planeta y que por lo tanto será inevitable importar el agua corriente.

En Australia, la United Water International ha obtenido la adjudicación del contrato del sistema de canalizaciones de Adelaida (en el sur de Australia), desarrollando un plan a quince años para exportar su agua a otros países para las necesidades de la industria informática y la irrigación de los campos. A las empresas nacionales no se les permitió ofertar por este contrato ya que se dió por sentado que hacía falta una gran multinacional para aumentar el valor de la exportaciones de agua, cuya cifra se calcula en unos 628 millones de dólares.

Varias empresas en el mundo entero se encuentran desarrollando tecnologías que les permitan cargar enormes cantidades de agua dulce en grandes sacos herméticos que se remolcarán a través de los mares. La compañía de aguas Nordic Water de Oslo, Noruega, ha firmado un contrato para la entrega de siete millones de metros cúbicos de agua al año en bolsas al norte de Chipre. Durante la Guerra del Golfo, la Operación Tormenta del Desierto utilizó este tipo de sacos de agua para abastecer a las tropas.

La Aquarius Water Trading and Transportation Ltd. de Inglaterra y Grecia han empezado las primeras entregas comerciales de agua dulce en bolsas de poliuretano que son remolcados por las vías marítimas. La empresa, entre cuyos inversores figuran la Suez Lyonnaise des Eaux, suministra agua a las islas griegas mediante un sistema de canalizaciones que conecta la bolsa al principal canal de abastecimiento de la isla. Aquarius predice que el mercado no tardará en superar los 200 millones de toneladas métricas al año. La flota de bolsas de la empresa se compone de ocho bolsas de 720 toneladas cada una y de dos bolsas de 2.000 toneladas/unidad. Las bolsas más grandes tienen una capacidad de dos millones de litros de agua cada una. Aquarius ha investigado la posibilidad de desarrollar bolsas diez veces mayores y está en busca de capitales para poder producirlas. La empresa tiene puesta su mira en Israel, y dice que diversas grandes empresas de agua se interesan en el proyecto.

Pero nadie se atreve a albergar sueños tan ambiciosos para el comercio del agua como Norteamérica. Cada pocos años surgen proyectos para desviar cantidades masivas de agua canadiense a las regiones donde escasea en EE.UU., hacia el Oriente Medio, por petroleros, gaseoductos, oleoductos o mediante el desvío de los cursos naturales de los ríos, pero son rápidamente desestimados en vista de las protestas del público.

Uno de los mayores proyectos de desvío que se han propuesto era el del GRAND Canal - Great Recycling and Northern Development Canal, o Gran Canal de Reciclaje y de Desarrollo del Norte. Exigía en un principio la construcción de un dique desde la Bahía James hasta el estuario de la Bahía de Hudson (ambas fluyen hacia el norte) para crear un gigantesco embalse de agua dulce procedente de la Bahía de James y de los veinte ríos que allí desembocan. Se pretendía construir una interminable serie de diques, canales, presas, centrales hidroeléctricas y esclusas para desviar el agua a razón de unos 186 mil litros por segundo río abajo por un canal de 167 millas hasta la bahía Georgian, donde se trasvasaría para pasar por los Grandes Lagos y llegar hasta el Sun Belt de la EE.UU.

Otro gran proyecto de esta índole fue el de la NAWAPA - la North American Water and Power Alliance (Alianza Norteaméricana del Agua y de la Energía Hidroeléctrica). El plan original consistía en construir un sinfin de poderosas presas para poder recoger las aguas de los ríos Yukón, Peace y Liard en un enorme embalse que inundaría una décima parte de Columbia Británica para crear un canal desde Alaska hasta el estado de Washington y abastecer a treinta y cinco estados americanos a través de los canales y conductos existentes. El volumen del agua desvíada equivaldría por así decir al caudal medio anual del río San Lorenzo.

A principios de los 90, un consorcio denominado Multinational Water and Power Inc. desembolsó 500.000 dólares para fomentar el desvío del agua del tramo norte del río Thompson (afluente del Fraser) hacia el río Columbia para su distribución por conductos a California.

A lo largo de este último decenio estos proyectos han ido recabando el apoyo del sector empresarial canadiense. En 1991, la revista Canadian Banker vaticinaba que la exportación del agua se convertiría en un negocio multimillonario: "el concepto de la NAWAPA…sigue siendo un increíble catalizador que podría potenciar el cambio económico y medioambiental."

En ese mismo año, la revista Report on Business señalaba: " En los próximos diez años, se espera que la contaminación, la explosión demográfica y las cruzadas contra el medio ambiente contribuyan a la escasez progresiva del suministro mundial de agua dulce. Algunas de las principales empresas técnicas del Canadá se están preparando para el día en que el agua se transporte alrededor del mundo como si se tratara de petróleo, trigo o madera…lo que contará entonces es saber quién tiene el derecho de vender el agua al mejor postor."

Entretanto, los habitantes de las regiones donde el agua escasea siguen sin darse por aludidos. En un artículo publicado en la revista The Atlantic Monthly de julio de 1998, bajo el título "Desert Politics," (la política del desierto) el autor Robert Kaplan hace constar que los habitantes del desierto de Arizona se dejan llevar por una fé ciega en alguna solución milagrosa o panacea que pondrá fin a la escasez de agua, y no por ello dejan de construir en una región que nunca estuvo preparada para albergar a tantísimos seres humanos. Subraya que más de 800 mil personas residen en Tucson y alrededores y unos cuatro millones de habitantes en Arizona, habiéndose multiplicado su población por diez en setenta años. De acuerdo con Wade Graham del Harper's Magazine, los proyectos de urbanismo en Phoenix se desarrollan al ritmo de un acre por hora.


"Quién sabe si, como opinan ciertos ingenieros visionarios, la salvación del Suroeste no termine por llegar de la fría inmensidad de esa esponja verde y húmeda que hay en el norte: Canadá. De ser así, toda una red de nuevas presas, embalses y túneles estarían suministrando el agua del Yukón y de Columbia Británica a la frontera méxicana, mientras que un gigantesco canal acarrearía el agua potabilizada de la Bahía de Hudson desde Quebec al medio oeste americano, y los superpetroleros cargarían con el agua de los hielos del norte desde la costa de Columbia Británica hasta el sur de California - todo ello para alimentar una creciente red de vainas en los que se oye los latidos de la actividad económica de un mundo post-urbano y multi-étnico, " escribe Kaplan.

Informe:EL ORO AZUL. La crisis mundial del agua y la reificación de los recursos hídricos del planeta
Autora: Maude BarlowPresidenta nacional del Council of Canadians (Consejo de los Canadienses)Presidenta del Comité sobre mundialización del agua del IFG