viernes, 16 de enero de 2009

Explotación, exportación y comercialización del Agua VII

La Desigualdad del Reparto



Una de las características más señaladas de la mundialización económica reside en que cada vez va aumentando la diferencia entre los ricos y los pobres; se está creando una sub clase atrincherada entre las regiones y en el seno de todas las sociedades del mundo.

El informe del año 2000 de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano indica que la disparidad del nivel de ingresos entre los primeros 20 por ciento y los últimos 20 por ciento de la población mundial es de 150:1 y ha doblado en los 30 últimos años. Las 225 personas más ricas del mundo juntas poseen una riqueza igual a los ingresos anuales de la mitad de la humanidad. Las tres personas más ricas del mundo tienen bienes por un valor que supera el PIB de 48 países.La quinta parte más acaudalada del mundo consume 86 por ciento de todos los bienes y servicios, mientras que la quinta parte más pobre consume apenas un poco más que un uno por ciento. Los americanos y europeos gastan bastante más cada año en alimentos para sus animales domésticos, informan las Naciones Unidas, que lo que costaría proporcionar los servicios básicos de salud y nutrición para todos los habitantes del mundo. Los americanos gastan más dinero en cosméticos cada año que el que hace falta para que todo el mundo tenga una escolarización básica.

No es sorprendente así pues que la profunda falta de igualdad que fomenta la mundialización económica, ya sea intencionalmente o no, esté afectando seriamente el acceso de los pobres al agua, que es el más fundamental de los derechos de la vida. La Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible indica que las tres cuartas partes de la población que tienen problemas de escasez de agua - es decir el 26 por ciento de la población total del mundo – se encuentran en los países en vías de desarrollo. De aqui al año 2025, predice la Comisión, los países con ingresos modestos que tengan problemas de agua alcanzarán el 47 por ciento de la población total del mundo.

En los países muy poblados de Asia, Africa y Latinoamérica, el aumento masivo de desechos animales y humanos que se intensificará con la llegada de granjas industriales, expone a más y más personas a contraer enfermedades como el cólera o como la bacteria mortal E.coli presente en los abastecimientos de agua contaminados. La mayoría de los gobiernos locales no pueden ni tan siquiera permitirse adquirir el cloro que les haría falta para depurar el agua. Allí donde las localidades tenían por costumbre recurrir a los pozos y a las bombas manuales para evitar los problemas del agua contaminada de la superficie, ahora resulta que los desechos químicos y humanos también se están infiltrando en estas fuentes haciendo que la superficie de saturación se vuelva peligrosa a su vez. En las ciudades del tercer mundo ya es una práctica común el recurrir al racionamiento del agua por barrios durante algunas horas del día o durante algunos días de la semana.



Las Naciones Unidas informan que los europeos gastan 11.000 millones de dólares al año en helado, es decir 2.000 millones más que la suma total que haría falta para abastecer a la población mundial en agua potable y depurar las alcantarillas del mundo entero. Más de cinco millones de personas, niños en su mayoría, mueren cada año por enfermedades debidas a la deplorable calidad del agua potable. Mientras miles de millones sobreviven malamente sin agua potable, los habitantes de América del Norte utilizan unos 39 litros de agua por persona y por día.Pero la falta de igualdad de acceso al agua existe en el seno de las sociedades también. En 1994, cuando Indonesia se vió devastada por una importante sequía, los pozos de los residentes se secaron pero los campos de golf de Yakarta, que acogen a turistas adinerados, siguieron recibiendo mil metros cúbicos por campo al día. En 1998 en medio de una sequía de tres años que había secado los sistemas fluviales y vacíado los embalses, el gobierno de Chipre cortó en cincuenta por ciento el abastecimiento a los granjeros mientras garantizaba a los dos millones de turistas que acuden al país cada año que dispondrían de todo el agua que precisarán. En Corea del Sur, los granjeros al sur de Seúl recientemente se armaron de hoces y formaron un bloqueo ante los camiones cisterna municipales porque estos últimos bombeaban agua para los habitantes de la ciudad y los granjeros temían que el agua llegara a faltar para las cosechas.



Anne Platt del Worldwatch Institute hace constar que una familia perteneciente a los cinco grupos de mayores ingresos en Perú, la República Dominicana o Ghana tiene, respectivamente, tres, seis, o doce veces mayores posibilidades de que el agua se conecte a su domicilio que una familia que forma parte de los cinco grupos de menores ingresos de esos países. En vista de que no tienen acceso a servicios públicos subvencionados, explica Platt, los pobres a menudo terminan pagando más por el agua que los ricos porque deben obtenerla de fuentes ilegales o privadas.

Por ejemplo, en Lima, Perú, los pobres pueden llegar a pagar a un vendedor privado hasta tres dólares por metro cúbico de agua, que además deben de ir a recoger en cubos y que a menudo resulta contaminada. Los más ricos en cambio pagan 30 centavos por metro cúbico de agua depurada y no tienen más que abrir el grifo en su casa.

Los habitantes de los barrios marginados que se extienden por las colinas de Tegucigalpa, capital de Honduras, pagan bastante más por el agua suministrada por camiones cisterna privados que lo que pagarían aunque fuera al gobierno para la instalación de las canalizaciones necesarias.

En Dacca, Bangladesh, los okupas pagan el agua a un precio doce veces mayor que lo que cobran los servicios públicos de la localidad.

En Lusaka, Zambia, las familias de pocos ingresos suelen desembolsar la mitad de los ingresos del hogar para obtener agua.



Los pueblos indígenas han sentido de una forma particularmente brutal el impacto de la mundialización económica y del robo del agua que les pertenecía. Al tener una relación muy directa con el agua, los indígenas son particularmente vulnerables ante cualquier proyecto de gran envergadura que altere sus ecosistemas acuáticos. Los colosales proyectos hidroeléctricos del Norte de Quebéc resultaron devastadores para las primeras naciones Cri así como para el caribú y el pescado que son sus modos de subsistencia.



El autor ecológico Josh Karliner explica: "El proceso de la mundialización no deja de hacer mella en el apoyo social y financiero a los derechos fundamentales de los pobres, dejando cada vez más a un lado los que no suscriben a sus franquicias y que tienen que defenderse por sí solos ante un 'mercado' brutalmente competitivo. Cada vez es más mayor el número de personas que se convierten en víctimas de la mundialización, a medida que las fuerzas de expansión empresarial van introduciéndose en las tierras agrícolas, los desiertos, los óceanos y los sistemas fluviales en los que antes no se fijaban. Muchas comunidades del planeta que aún siendo pobres se bastan a sí mismas, están siendo sumergidas en una pobreza cada vez mayor desde el punto de vista social y ecológico, y se encuentran cada vez más desplazados en el plano cultural, a medida que las empresas se van apropiando de sus recursos para colmar las exigencias aparenemente insaciables de la sociedad de consumo que se va multiplicando en el mundo."



Aunque antaño se la reconocía como derecho humano fundamental, el agua es ahora denegada a numerosísimos miembros de nuestra familia humana. Los recursos hídricos no pueden conservarse de manera inteligente hasta que hagamos frente a la realidad de estas desigualdades. Y no nos podemos enfrentar esta realidad sin antes rechazar los principios de la mundialización económica.



Informe:

EL ORO AZUL

La crisis mundial del agua y la reificación de losrecursos hídricos del planeta

Autora: Maude Barlow

Presidenta nacional del Council of Canadians (Consejo de los Canadienses)

Presidenta del Comité sobre mundialización del agua del IFG

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