viernes, 21 de noviembre de 2008

Explotación, exportación y comercialización del Agua III

A Falta de Agua, Falta de Comida

Aparte de crear graves problemas ecológicos, la explotación abusiva de las aguas subterráneas y fluviales, está recrudeciendo otra temible crisis - la de garantizar el alimento del mundo.

La irrigación destinada a las cosechas es responsable del consumo del 65 por ciento de toda el agua que utilizamos los humanos, en comparación con un 25 por ciento achacable a la industria y un 10 por ciento a los hogares y municipalidades. El crecimiento demográfico anual quiere decir que cada vez se necesitará más agua para la producción de cereales (destinados al consumo humano y animal), ya que se trata de una actividad que exige muchísimo riego. Pero cada año, las ciudades e industrias que hormiguean por el mundo están exigiendo y acaparando una parte cada vez mayor del agua destinada a la agricultura. Por citar un ejemplo, California preveé un auténtico declive en las tierras irrigadas debido a su imponente explosión demográfica.

Tarde o temprano, algunas regiones estériles ya no podrán satisfacer la demanda de los agricultores a la vez que la de las ciudades que crecen a un ritmo vertiginoso. Si estas regiones han de satisfacer las necesidades cotidianas de agua, tendrán que acabar importando con carácter permanente la totalidad o gran parte de sus alimentos, con lo cual se plantea la dependencia crónica de determinados países que tendrán que seguir recurriendo a otros o a la ayuda de nuestra aldea planetaria para poder abastecerse.

En todas las regiones rurales de Latinoamérica y de Asia, la industrialización masiva está causando un desequilibrio entre el ser humano y la naturaleza. Las industrias agropecuarias destinadas a la exportación tiran cada vez más de los recursos hídricos que antes sólo consumían los pequeños agricultores para autoabastecerse en alimentos. Otro gran foco de agotamiento de las reservas de agua se encuentra en los más de 800 áreas de libre comercio del tercer mundo, tales como los de Latinoamérica, dónde se producen alimentos en cadena para la élite de los consumidores mundiales. En las regiones maquiladoras de México por ejemplo, el agua potable resulta tan escasa que los niños y hasta los infantes toman Coca-Cola y Pepsi en lugar de agua.

Durante una dura temporada de sequía en el norte de México en 1995, el gobierno cortó el suministro de agua a los agricultores locales para asegurar, con carácter urgente, el de las industrias de la región cuya mayoría están bajo dominio extranjero.

Pero lo que ocurre en China es quizás aún más estremecedor. El Worldwatch Institute advierte que un súbito e inesperado declive en el abastecimiento de agua de los agricultores chinos, podría amenazar la seguridad alimentaria del mundo. China se enfrenta a graves penurias de grano en el futuro próximo debido a la pérdida de agua por el desvío de recursos ya limitados de los campos hacia la industria y las ciudades. Como resultado, la demanda de cereales en China pudiera sobrepasar las cantidades exportables que existen en el mundo. Si bién C
hina podrá sobrevivir durante una temporada por su economía en plena expansión y sus tremendos excedentes comerciales, el aumento de los precios de los granos que resultará de la situación creará un levantamiento social y político en la mayoría de las ciudades del tercer mundo, poniendo en vilo la seguridad alimentaria en el mundo.

El hemisferio occidental de la China está mayormente compuesto por desiertos y montañas; la gran masa de 1.200 millones de ciudadanos viven gracias a varios grandes ríos cuyos sistemas no bastan para satisfacer la demanda. Por ejemplo, en 1972 el Río Amarillo no llegó a desembocar en el mar por primera vez en su historia. Esto ocurrió durante quince días aquel año y el número de días va en aumento cada año desde entonces. En 1997 quedó seco durante 226 días. La historia se repite en todos los ríos chinos así como en sus capas acuíferas que se van vacíando debajo del gran llano del norte de la China. A medida que se van construyendo enormes pozos industriales para tener acceso a la poca agua que queda, millones de agricultores chinos se encuentran con que sus pozos se van secando. Cuatrocientas de las 600 ciudades del norte de China ya padecen de una grave escasez de agua, y esto representa más de la mitad de la población del país.

Esta escasez ocurre en un momento en que la explosión demográfica china conocerá en los próximos 30 años un aumento superior al equivalente de la población de los EE.UU, y las predicciones más conservadoras anuncian que el consumo industrial anual del agua en China podría pasar de 52.000 millones a 269.000 millones de toneladas a lo largo de dichos años. Esto coincide con un aumento en los ingresos de sus ciudadanos que permite a millones de ellos instalar cañerías con duchas e inodoros en sus casas. El Worldwatch Institute predice que China será el primer país en el mundo que tendrá que reestructurar su economía prácticamente por entero para hacer frente a la escasez de agua.

La crisis mundial del agua y la reificación de los recursos hídricos del planeta
Autora: Maude Barlow
Presidenta nacional del Council of Canadians (Consejo de los Canadienses)
Presidenta del Comité sobre mundialización del agua del IFG

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